martes, 9 de abril de 2013

Margaret Thatcher, un antes y un después 'de hierro' en la política de Gran Bretaña


Con motivos justificados, muchos de vosotros sentiréis una escasa simpatía por esta mujer. Pero, entended que es un referente de muchas cosas. En primer lugar es un icono de liderazgo político y como no, todo un referente de economía liberal. ¿Sabías que llegó al poder en plena crisis del petróleo en 1979?...

Gracias por vuestros me gusta

Artículo de:  Marcos Suárez Sipmann



Con la muerte, ayer, de Margaret Thatcher tras sufrir un derrame cerebral desaparece la persona que por más tiempo gobernó el Reino Unido durante el siglo XX. En 150 años de democracia, ningún otro primer ministro británico había logrado imponerse por tres períodos consecutivos de gobierno, una hazaña que solo repetiría poco después el laborista Tony Blair.
Edward Heath, líder de los conservadores entre 1964 y 1970, fue su padrino político y le dio distintas funciones dentro del Partido Conservador cuando los laboristas estaban en el poder. Al ser elegido primer ministro, Heath designó a Thatcher secretaria de Educación.
Sin embargo, en 1974, cuando el Partido Laborista volvió al 10 de Downing Street, Thatcher sorprendió desafiando el liderazgo tory de Heath... y ganó.
Margaret Thatcher se convirtió en jefa de Gobierno en mayo de 1979 en un contexto generalizado de crisis y huelgas. Fue reelegida tras un triunfo abrumador de los tories en junio de 1983 y - con algunos votos menos -, en 1987. En 1983, su nivel de aprobación estaba en niveles históricamente bajos. El vasto apoyo popular que le brindó la guerra de las Malvinas garantizó su primera reelección. Fue una de sus decisiones más polémicas: responder al desembarco de tropas de la dictadura argentina en Malvinas con una guerra desigual.

Debilitó a los sindicatos

Su credo económico estaba en las políticas liberales de Milton Friedman. Su mandato significó una completa transformación del Reino Unido por sus medidas económicas neoliberales. Disminuyó el intervencionismo estatal, promovió la economía de mercado, aumentó el presupuesto de Defensa y los sueldos de las fuerzas armadas y policiales. La venta de British Petroleum fue el primer paso de un amplio plan de privatizaciones que alcanzó a British Aerospace, British Gas, British Telecom, British Airways, Rolls-Royce y Jaguar.
La fuerza de los sindicatos se debilitó considerablemente. Con su reforma casi los despojó de su poder y se impuso la flexibilidad laboral. Impulsó reducciones de impuestos y gasto público con grandes recortes presupuestarios en salud y educación. Además, Thatcher anuló los logros educativos de sus antecesores laboristas, rechazó la democratización de la enseñanza, además de abolir la distribución gratuita de leche en las escuelas, lo que le valió el apodo de Ladrona de Leche, de perfil bastante distinto al de la Dama de Hierro. Impuso asimismo importantes transformaciones en las áreas del transporte y la vivienda, dos de los problemas más agudos del actual Reino Unido.

Amiga de Reagan y Pinochet

Cuando los ataques del Ejército Republicano Irlandés (IRA) se intensificaron, fue acusada de racismo por sus intentos de frenar las migraciones. No obstante, las cifras de extranjeros repuntaron de forma espectacular y Gran Bretaña se convirtió en el país multirracial que es hoy.
La Dama de Hierro sostuvo intensas relaciones políticas con los hombres que dominaron el panorama internacional en los años 80. En especial, con el presidente de EEUU, Ronald Reagan, y su homólogo soviético, Mijaíl Gorbachov.
En noviembre de 1990, tras once años y medio en el poder, presentó su renuncia al no lograr vencer a su retador, Michael Heseltine, en las elecciones internas para dirigir el Partido Conservador.
Tras su renuncia, destacó por su cercanía al exdictador de Chile, Augusto Pinochet, y su continuada defensa de las privatizaciones, la familia, la pena de muerte y, en sus últimos años, del medio ambiente.
Thatcher era una firme partidaria de rancios axiomas británicos. En particular, la política del equilibrio en Europa. Consideraba que había que neutralizar el poder alemán. ¿Cómo hacerlo? No compartía la visión francesa de la integración. Temía una Europa alemana.
Su oposición a la reunificación alemana la convirtió en una política aislada en Europa, y en su partido. Hoy su temor a una Alemania demasiado grande y poderosa en el contexto de la crisis del euro a algunos les parece profético

No hay comentarios:

Publicar un comentario