Supongamos una economía en la que varias empresas venden
un producto que es prácticamente homogéneo. En este contexto, pensemos que
somos una de estas empresas. Para simplificar podemos suponer que hay dos
empresas: A y B. Nosotros seremos la empresa A, lo que se pretende explicar en
este punto es que es preferible competir en cantidad que en precio. Veamos las
diferencias entre ambos casos.
Competencia en precio (El modelo de Bertrand)
Imaginemos que somos la empresa A, si nuestro rival económico
es la empresa B, y el producto es homogéneo, intentaremos ofrecer un precio
menor que el que ofrece la empresa B. ¿Por qué menor? Dado que las características
de nuestro bien son prácticamente las mismas que las de la competencia, si lo
ofertásemos a un precio mayor nadie lo consumiría. Pero la pregunta es ¿Cuánto menor? Debe de
ser menor que el precio que ofrece B, pero al mismo tiempo tiene que ser un
precio suficiente para cubrir nuestros costes. Aquí nos enfrentamos a una restricción
importante, no conocemos el precio al que B ofertará su producto y tampoco conocemos
sus costes. En una situación de estas características y teniendo en cuenta que
si nuestro precio es menor nadie nos comprará, lo más seguro es ofrecer un
precio que sea igual a nuestro coste marginal. Imaginemos que nuestro coste
marginal es 10 y que pese a esto fijamos el precio en 11. En este caso si la
competencia fijó su precio en 10,5 nadie nos comprará a nosotros y esto nos
llevará a un punto en el que los ingresos son cero, pero existen costes fijos,
por tanto tendremos pérdidas. Frente a esta situación lo más seguro es fijar un
precio igual al coste marginal, de modo que vamos a llegar a una situación en
la que el beneficio es cero.
Competencia en cantidad (el modelo de Cournot)
Lo que pretendemos explicar es que es preferible competir
en cantidad que en precio ya que no nos llevará a una situación de beneficio nulo.
La idea en este caso es que cada una de las empresas A y B tienen que ofertar
una cantidad, no obstante el producto ofrecido es el mismo. Cuanto mayor es la
cantidad ofrecida por las empresas menor es el precio. A la empresa A le
interesa que la B venda una baja cantidad para así mantener el precio alto. En
este caso la idea es que ambas empresas escogerán una cantidad que maximice sus
beneficios en base a las creencias sobre la cantidad que consideran que
ofrecerá la otra empresa. En este caso llegamos a que ambas empresas tendrán
beneficios positivos.
Conclusión:
Si tenemos una empresa cuya competencia vende un producto muy similar y nos
encontramos en un contexto oligopólico (es decir existe un número no excesivo
de empresas), nos interesa conducir la competencia a la cantidad y no al
precio.
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